jueves, octubre 13, 2016

José Dolores Valera Peña “feliz con lo que Dios me ha dado”


José Dolores Valera Peña

“Me siento muy feliz con lo que Dios me ha dado”, así se expresa José Dolores Valera Peña (79) manifiesta que siempre ha actuado como buen ciudadano y es lo mejor que ha cosechado como ejemplo para sus hijos y nietos. Este ciudadano nació en el poblado de Bolivia, municipio Carache (1-10 1934); muy pequeño su mamá lo trae a Boconó; fue hijo de Emerita Peña de Valera y de Fidel Valera. José Valera tiene 9 hijos; desde muy pequeño trabajó la agricultura, estudió hasta sexto grado, laboró como policía, también fue comerciante.

A la edad de 3 años se vino de Carache para Batatal, junto a sus padres aprendió a trabajar el campo,  y a la cría de animales. Ellos también le enseñaron a rezar, asistía  a misa, poco a poco fue aprendiendo cosas de la vida; “eso sí, con el respeto por delante; antes uno pedía la bendición hincado, no se metía en la conversa de los adultos; había que quitarse el sombrero delante de las damas y de las personas mayores. Esos tiempos no vuelven, hoy en día eso no se ve”.

José Dolores Valera expresa que se siente satisfecho con los trabajos que ejerció, cuando cumplió 18 años asumió la responsabilidad de policía, laboró en Batatal, Boconó, San Rafael, Niquitao, San Miguel, Campo Elías y Las Mesitas; relató parte de la experiencia vivida “entré ganando 6 bolívares y cuando me retiré ya ganaba 10 bolívares de esa época, salí con el rango de distinguido y cuando me iban dar la tira de cabo pedí la baja. Yo me lleva en los cachos a mis otros compañeros y hasta los mismos prefectos a la hora de solucionar algún caso, y eso era porque yo tenía sexto grado aprobado, me gustaba leer mucho; entonces la gente cuando llegaba a la prefectura o policía, decían búsquenme a Lolo para arreglar este asunto; todo se hacía con respecto y apegados a la ley. Siempre abogué por los que eran detenidos de manera injusta, las familias quedaban agradecidas y esos Dios se los pague me sirvieron de mucho. En mis otros trabajos también fui responsable, ando con la frente en alto, tengo muchos amigos y eso es el mejor tesoro que acumulé en todos estos años; hasta la presente por donde voy la gente me respeta y me aprecia, eso no se compra en la bodega, eso se aprende en la vida y con los estudios”.

Este personaje se ha dedicado a escribir poesía, se inspira en lo cotidiano y en anécdotas que le ha tocado vivir muy de cerca “Con estas coplas enamoraba yo cuando estaba nuevo, eso era en los bailes de Santo Domingo, se las escuché a los viejos de antes y me las aprendí”: Dale duro a esa guitarra y acabala de quebrar, que mañana hacemos una de palitos de azahar. Con mi guitarra en la mano me atrevo a pasarla bien, enamorando muchas y las viejitas también. Con mi guitarra en la mano me atrevo a rodar el  mundo, pa´ que digan las mujeres a viejito vagabundo.: Tan alta que está la luna y un lucero la acompaña, que triste se pone un hombre cuando una mujer lo engaña. Me gusta tierra morada porque da el fruto bonito, bonitos son los amores cuando uno está jovencito”.

José Dolores Valera Peña para este relato dejó un mensaje a la juventud “que se porten bien, que sean personas honestas, creyentes, que la profesión y responsabilidad que tengan la cumplan al pie de la letra; . A la juventud hay que orientarla, no maltratarla, con buenas palabras se logran las cosas, eso es lo más bonito”.

Ya este ciudadano entregó su alma al creador del universo, en el cielo declamará con más emoción, su espontaneidad será su mejor carta de presentación.   

2 comentarios:

  1. Gracias por la publicación así era mi abuelo un gran señor, cuanto lo extrañamos dejó los mejores recuerdos

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